Durante un tiempo, la constante corriente de clientes entrando y saliendo del comedor había sido suficiente para mantener a Emily ocupada, para mantener su mente alejada de la inminente llegada de Derek Haven. Pero ahora había llegado el momento de la noche en que no había nadie en el comedor excepto ella y Ben, el cocinero.
Y con toda la limpieza terminada, y las mesas y sillas en orden, Emily no tenía nada que hacer.
Y así, sin nada que la mantuviera ocupada, estaba sentada en lugar de estar de pie como de costumbre. No solo se había sentado, sino que había elegido un asiento que le permitía ver la puerta principal. Y de vez en cuando miraba a través de ella, esperando ver la figura familiar de Derek acercándose al comedor, o al menos su coche, en algún lugar allí afuera, para saber con certeza que venía.