Derek estaba al límite de sus fuerzas. Había terminado. Eso de pedir disculpas era simplemente... Se estaba volviendo ridículo.
¿Qué había hecho en su vida pasada para que cada vez que intentaba hacer algo bueno, algo honorable, se viera frustrado en cada paso? Eso era todo lo que podía pensar mientras se paraba en su dormitorio del ático mirando su reflejo en el espejo frente a su cama. Abajo su 'visitante' se movía y Derek se sentó en la cama.
Estaba seguro de que esta vez nada se interpondría en su camino para ver a Emily, pero claramente el universo le estaba demostrando lo contrario de nuevo. Esa mañana se había apenas sumido en su estado meditativo, en una especie de sueño, y se estaba preparando para enfrentar el día de nuevo cuando había escuchado un sonido de timbre. Su timbre.
Saliendo de su trance, había ido a ver quién era, y, mire usted, era su madre.