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Era la mañana del viernes y Emily caminaba por las calles de la ciudad.
Auriculares en sus oídos mientras escuchaba una canción alegre. La melodía feliz era un intento de animarse después de otra noche decepcionante. La fuente de su decepción era que Derek Haven no había aparecido una vez más.
No estaba funcionando. De hecho, estaba fracasando miserablemente. Emily no parecía poder sacar su estado de ánimo del oscuro lugar en el que se encontraba, no importa cuánto lo intentara. Ni siquiera la canción que estaba escuchando ayudaba. Era una sobre el sol, arcoíris y todas las cosas buenas, pero no era suficiente para animarla. En la superficie, podría haber parecido pasiva, pero internamente su mente estaba en guerra.
—Él no te debe nada —una parte de ella susurraba—. Solo era un cliente en la cafetería —decía.
—¿Pero la otra parte de ella estaba en desacuerdo? —Sí, él me debe una disculpa. Necesito confrontarlo y hablar sobre ello.
