—Eso tomará demasiado tiempo. Simplemente usaré mi magia —le dijo.
—¿De verdad? ¿No dijiste que no usas tu magia para curaciones mediocres? —Helena cuestionó.
—Esto es diferente —respondió Evena.
Puso su mano en la frente de Ryder y comenzó a infundir su magia en él. Las quemaduras en el cuerpo de Ryder pronto desaparecieron y si no fuera por su ropa quemada, nadie hubiera pensado que algo le había sucedido.
Evena retiró su mano y miró a Ryder con confusión, ¿por qué aún no estaba despierto?
—¿Qué pasa Evena? —Lavanda preguntó.
—No tengo idea. He curado todas sus heridas, se supone que debería estar despierto aún no sé por qué sigue sin despertar —Evena dijo preocupado.
—Tal vez solo está cansado —Lavanda sugirió.
—No, eso no es Lavanda. Algo anda mal con él y no tengo puta idea de qué es —Evena dijo con frustración.
—Oye, tranquilízate —Lavanda trató de calmarlo.
