Lavanda estaba tumbado en la cama, llevaba un rato despierto pero le daba pereza levantarse.
Oyó que tocaban en su puerta, probablemente fuera Jayden, pensó para sí mismo.
—Adelante —gritó.
La puerta se abrió y para su sorpresa, la persona que entró no era Jayden sino Ryder.
—Hola —dijo Ryder.
—Hola —respondió él.
—¿Puedo sentarme? —preguntó Ryder mirando la silla junto a la cama.
—Sí. Por favor, siéntate.
Ryder se sentó, Lavanda también se incorporó en la cama. Los dos se quedaron en silencio, Lavanda estaba cansado de la incomodidad.
—¿Dormiste bien? —preguntó para romper el silencio.
—Sí, dormí bien. ¿Y tú? —Ryder también le preguntó.
—También dormí bien —respondió Lavanda.
—Eres mi hermano —le dijo Ryder a Lavanda.
Lavanda lo miró confundido.
—¿Eh?
—Eres mi hermano Lavanda, la razón por la que me importas es porque eres mi hermano, no porque yo sea tu Alfa. Incluso si renuncias a esta manada y te vuelves renegado, todavía me importarás —le dijo Ryder.