Ava miró a Ryder y no sabía qué decir, ¿era esa la razón por la que la había traído a su manada, para rescatarla? ¿Lo había malinterpretado todo este tiempo?
—¿Qué es este olor celestial? —preguntó Helena al entrar en la cocina. Estaba acompañada por Jayden y Lavanda. Ryder y Ava se separaron inmediatamente.
—¿Estás cocinando, Ava? Deberías haberme llamado, te dije que descansaras —regañó Helena a Ava.
—No soy yo quien cocina, es Ryder —dijo Ava.
Helena, Jayden y Lavanda miraron a Ryder con sorpresa.
—No tienes que parecer tan sorprendido, sé cómo manejarme en la cocina —les dijo Ryder.
—Somos bastante conscientes de eso. Pero a ti no te gusta cocinar —dijo Helena.
—Ava dijo que tenía hambre y decidí cocinar para ella, no es para tanto —dijo Ryder mientras revolvía la salsa.
—No puedo esperar para comer, tu comida siempre sabe tan bien —dijo Jayden con esperanza.
Ryder le lanzó una mirada poco impresionada, —en tus sueños —respondió.