Una semana después...
Jax miró a los Alfas frente a él y cerró sus puños de rabia. Todos lo estaban mirando, su mirada era una mezcla de lástima, burla y diversión.
Ya lo menospreciaban porque su manada era una de las más pobres y patéticas de la región, ahora tenían otra razón para burlarse de él también, y era toda culpa de Lily.
—En cuanto nazca el bebé, será encarcelada. Mientras tanto, la interrogaremos sobre la planta. Por favor, dile que ni siquiera piense en escapar, no tiene a dónde ir. Su hermano la ha denunciado fuera de la familia y de la manada.
—Ella no se escapará, la tendré vigilada.
—Porque has hecho un trabajo estupendo vigilándola hasta ahora —uno de los Alfas comentó mientras los demás reían.
—Nos vamos ahora, mantenla controlada de lo contrario la encarcelaremos ahora sin tener en cuenta el embarazo.
—Entiendo —Jax no tuvo otra opción sino responderles educadamente. Ellos se marcharon después.
