—¿Es eso prudente? Yo, un hombre lobo en una ciudad llena de vampiros.
Feyre rodó los ojos. —Ya has estado en Salvatore antes y no tenías miedo en absoluto.
—Eso fue hace mucho tiempo, ahora soy más cauteloso —replicó Dustin.
—No te preocupes, estás bajo la protección de la reina. No te pasará nada —prometió Feyre.
—Entonces vamos, confío en ti —dijo Dustin.
Feyre bajó la ventanilla del coche, hizo señas a los guardianes y estos se acercaron.
—Vamos —dijo ella.
El séquito dejó Rivena y se dirigieron hacia Salvatore.
Una semana después....
Lavanda y Jayden iban camino a la manada de la Luna Creciente. Ambos no se hablaban en absoluto. Esta era la última reunión a la que irían en la manada de la Luna Creciente.
La reunión general de hombres lobo era en tres días. La reunión de hoy era solo para finalizar los detalles.
—¿En serio no vas a hablarme? —preguntó Lavanda.
—No tengo nada que decirte —respondió Jayden.
—Jay... solo estás siendo ridículo —dijo Lavanda.