Ahora, se quedó preguntándose qué demonios había pasado. ¿No había ardido desde el primer día y de repente ahora ardía? Quemando como si ese punto en particular hubiera sido prendido en fuego.
¿Qué estaba pasando en este punto? No parecía poder seguir el ritmo ni entender nada en este momento y eso lo frustraba aún más.
¿Había cometido un gran error al darle su sangre a Adeline? ¿Debería haber escuchado al Señor Dima cuando le advirtió sobre los efectos que podrían ocurrir en ella?
Pero, ¿qué otra opción tenía? Adeline habría muerto si no le hubiera dado su sangre. No era como si hubiera alguna otra opción en esa situación.
Tenía que... salvarla...
—¡Mierda! —César estaba más que frustrado en este momento. Pero no había nada que pudiera hacer, más que seguir esperando el resultado del test.
No sacaría conclusiones hasta que tuviera pruebas concretas de que era su culpa.
———