—Puedes conseguirlo —dijo Adeline con una convicción ardiente en sus ojos—. En mi habitación con Dimitri, cerca de la mesa del lado izquierdo, hay un pequeño interruptor de carga abajo en la pared. Activa el interruptor y tira de él, se destacará y dentro está el archivo.
Vera arqueó una ceja ante esta información. —Entonces, ¿el interruptor de carga es como una caja?
—Sí —Adeline asintió, segura de ello.
—Eso es bastante enfermo —Vera se rió—. No está nada mal. No es de extrañar que no lo hayan encontrado. Yo no sospecharía de un maldito interruptor de carga.
Adeline miró hacia otro lado, con una expresión vacía en su rostro.
—Entonces, todo lo que necesito hacer es conseguir el USB, ¿verdad? —preguntó Vera.
César asintió. —Eso. Y seducir a Dimitri.
Vera inmediatamente se ahogó con su aliento, los ojos tan abiertos como un platillo. —¿Qué? ¿Q-quieres que me meta con ese maldito imbécil?
—Sí —César sostuvo una expresión suplicante.