Yuri bajó la cabeza.
—Sabía que no vendrías, señor. Pero necesitaba que hablaras con ellos, de lo contrario, las cosas se habrían agravado. No estamos seguros de lo que planea tu padre.
—¡Esos malditos idiotas! —César maldijo—. Sentados sin hacer nada mientras yo aseguro su seguridad, y tuvieron la audacia de incluso... —Se contuvo, tomando una profunda respiración.
—¿Cómo demonios se enteró mi padre de Adeline? —Su mirada se desplazó de Yuri a Nikolai y de vuelta a Yuri—. ¡Dime la verdad! —Sabía que sabían algo, y simplemente no se lo estaban diciendo—. Si lo descubro por mí mismo, Yuri, me aseguraré de que ambos paguen caro. ¡Dilo ya!
Yuri se mordió los labios, lanzando una mirada furtiva a Nikolai, quien ya estaba tragando saliva por el miedo.
—Señor, por favor, cálmese. No estoy seguro de poder explicárselo con el estado en que se encuentra —dijo Yuri.
César arqueó una ceja hacia él.