César soltó una risita, sacudiendo la cabeza.
—La necesito, Yuri. No puedo ni pensar ni contemplar un momento en el que ella no exista conmigo.
—¿La amas? Sé que estás obsesionado con ella, pero ¿la amas? —Yuri lanzó la pregunta de la nada y levantó una ceja en anticipación a su respuesta.
César echó la cabeza hacia atrás, una mirada de confusión brillando en sus ojos. —¿Amor?
—Sí. ¿La amas? César, la obsesión no es suficiente. También tienes que amarla si realmente quieres que ella esté contigo de la manera que deseas. No puedes simplemente mantenerla contigo solo porque estás obsesionado con ella. —Yuri sacudió la cabeza, completamente en contra de la idea.
Pero César estaba perdido. ¿Qué era el amor? ¿Qué era exactamente? ¿Cómo podría saber si lo hacía o no?
Mirando a Yuri, balbuceó, —Yo... no sé. No entiendo.
Yuri pellizcó entre sus cejas, dando un paso más cerca de él.