[Una semana después]
La puerta de la amplia sala de reuniones se abrió de golpe, y Nikolai y Yuri entraron primero, abriendo camino a César, quien entró después.
Él vestía un traje a rayas azul marino, un largo abrigo con cuello de pelo y, por supuesto, sus guantes. Sin embargo, su cabeza aún estaba vendada, lo que hacía que todo su cabello cayera hacia atrás en ondas ligeramente rizadas.
Dentro de esta sala de reuniones se encontraban los concejales y su padre, Sergey Ivanovich Kuznetsov, justo al final de la larga mesa, frente a él.
Al tomar asiento, cruzó las piernas con los dedos entrelazados y observó cómo todos, excepto su padre, se levantaban de sus asientos, inclinándose y reconociendo su presencia.
A su lado estaba Yuri, quien mantenía una expresión despreocupada. Honestamente, no quería estar allí, pero como consigliere del alfa Supremo, tenía que estar.