Yuri le lanzó una mirada fulminante.
—Incluyéndote a ti, Nikolai. No eres una excepción.
—¿Pero qué he hecho mal? No soy como los demás alfas. Soy tu mejor amigo —Nikolai frunció el ceño hacia él, apretando las manos en puños.
Yuri asintió, extendiendo la voz:
— Sí, eres mi mejor amigo, pero aun así no puedo evitar sentir celos a veces. Si fuera un alfa estándar como tú, estoy seguro de que mi vida habría sido un camino de rosas. Probablemente no sería un huérfano sin pareja que no es nada excepto el consigliere del alfa supremo.
—Tengo que agradecer a mi inteligencia, supongo —se echó a reír, claramente ahogándose en sus sentimientos cínicos.
Nikolai posó una mano con cuidado sobre su hombro:
— Yuri, tu vida podría ser un camino de rosas, ya sabes.
—Eres el consigliere de César, eso es una cosa, y apuesto a que muchos de esos estúpidos alfas desearían estar en tu lugar. Y... —hizo una pausa, intentando formar con su boca palabras que parecían atascadas en su garganta.