César, que estaba a punto de subirse al coche con Yuri y Nikolai, se detuvo. Ellos también se detuvieron, habiendo escuchado el grito de Adeline.
—Muñeca... —César se mordió el labio inferior y sonrió para sus adentros. Tal vez, la sacaría a pasear cuando regresara, solo para pasar tiempo con ella.
Nikolai y Yuri se intercambiaron una mirada antes de echarle una ojeada furtiva a César.
Oh, definitivamente podían darse cuenta de inmediato de lo que había ocurrido.
Yuri negó con la cabeza con una sonrisa incrédula, y Nikolai, por otra parte, aun parecía sorprendido.
¿Le había propuesto matrimonio? Nikolai quería respuestas, para estar seguro. Puede que él y Yuri lo estuvieran malinterpretando, ¿no?
Yuri, que ya podía notar que el alfa comenzaba a pensar demasiado, se puso de puntillas y le golpeó la nuca. —¡Tus neuronas van a arder, maldita sea! ¡Deja de pensar tanto!
Nikolai lo miró furioso. —¡No me toques!
El beta hizo una mueca hacia él, retrocediendo un poco la cabeza.