—Maestro, su cuerpo necesita cultivarse más. Por favor, no se esfuerce demasiado. Si usa demasiado poder espiritual, afectará a su alma primordial —Ella tomó su mano y lo llevó a la cama.
Su cama era roja. Era justo como el color de sus ojos. No era el tipo de rojo brillante que lastima los ojos, sino el rojo oscuro y violáceo que transmitía una sensación misteriosa y confortable.
—Xue'er, ¿cómo sabes que soy un Zorro de Nueve Colas? —Él tenía curiosidad. Ella no tenía recuerdos de sus vidas pasadas; ¿cómo descubrió su identidad?
—Porque tu apariencia y belleza son exactamente iguales a la descripción en el libro sobre la transformación del Zorro de Nueve Colas —Se lo explicó él.
Ella una vez leyó un libro. Ese libro fue escrito por un erudito. Describió cuán magnífico y cautivador fue ese momento en el que presenció a un Zorro de Nueve Colas transformarse en una belleza impresionante. Dijo que nada sería capaz de hacerle olvidar ese momento inolvidable.