—Como pensaste, nuestro poder espiritual estaba restringido. Y también caímos al agua —respondió ella con sinceridad.
—¿Dónde caísteis?
—Un lago en la Montaña del Bosque Susurrante —respondió Wu Tianxiang.
—¿Han encontrado una manera de salir de este Continente del Cielo Infinito? —Xiu Wanxue dudó en preguntar.
—No lo he hecho —él podía entender que ella pensara eso porque se enamoró de alguien aquí, no quería irse.
Esa persona era una de las razones por las que se quedaba aquí, y la otra razón era porque todavía no había encontrado su camino de regreso.
—¿Crees que nuestra llegada tuvo algo que ver con el agua? —Xiu Wanxue comenzó a analizar la situación mientras miraba el rostro de porcelana de Wu Tianxiang, esperando su respuesta.
—Sí tiene que ver con el agua —los ojos azul zafiro de Wu Tianxiang se oscurecieron. Parecía que no estaban lejos de regresar a los cuatro dominios, siempre que pudieran descubrir algunas pistas más.