—¿Qué hay en el mundo más adorable, esponjoso y suave? ¿Cómo es esto posible? —gritó Mo Mo sorprendido.
—… —Xiu Wanxue.
—¡Nada es imposible! —sacudió la cabeza. Incluso ella misma le costaba creer que hubiera personas en el mundo que se parecieran exactamente igual a ella y a Xiu Wanxia.
—¿Es esta la razón por la que no quieres mostrarme tu rostro? —Wu Tianxiang la miró con una luz desconocida en sus ojos azul zafiro.
—No, tengo mis propios motivos. —Ella abandonó la secta en silencio y no alarmó a nadie, solo para encontrar un lugar seguro donde vivir y evitar a Xiu Wanxia.
Su apariencia era demasiado llamativa.
—¡Oh, mis adorables ancestros! ¡Olvidé algo muy importante! —Mo Mo se golpeó la cabeza fuertemente.
—Últimamente, nadie sabe qué le ha pasado a la reina del Reino Fénix. No permite que nadie use la capa para ocultar su identidad.