—¿El maestro está bien? —Xiu Wanxue frunció el ceño. Recordaba que la última vez que lo vio, su cabello se volvió blanco y sus ojos adoptaron un tono violeta oscuro rojizo.
—Está bien —respondió Zhu Zemin.
—Si está bien, ¿por qué cambió el color de su cabello y sus ojos? —Xiu Wanxue lo miró con sospecha.
—El maestro quiere cambiar su apariencia —respondió Mo Meifen en lugar de Zhu Zemin.
—¿El cabello y los ojos de los humanos pueden volverse blancos y violeta oscuro rojizo? —Ella miró fijamente a Mo Meifen.
—Utilizó los más conocidos colores de tinte vegetal, como la henna, el índigo, la cassia y el obovata —El tono de Mo Meifen era tan neutro como si estuviera diciendo la verdad.
Xiu Wanxue reflexionó por un momento. Ella había leído muchos libros registrados sobre plantas.
Henna, índigo, cassia y obovata son las plantas infames para teñir el cabello y la piel.
—¿Y sus ojos? —Ella no obvió ninguna de las expresiones rígidas en sus rostros.