—Chu Wonhee, levántate y brilla~
¿Qué?
Wonhee abrió los ojos y se levantó bruscamente, esperando encontrar caras familiares.
Sin embargo, lo que la recibió fue una mandarina.
Una mandarina con cara de emoji y un par de alas blancas.
Wonhee jadeó. —Oh Dios mío. ¡Eres tan lindo! ¿Eres un monstruo?
La mandarina alada parecía ofendida. —Señorita Chu, me llamaste linda y luego preguntaste si era un monstruo. No sé qué sentir al respecto.
—Oh, lo siento —dijo Wonhee, sintiéndose genuinamente apenada—. No quise decirlo como un insulto. Cuando te llamé monstruo, en realidad estaba pensando en los pequeños animales lindos e inofensivos que se encuentran en algunas mazmorras. Lo siento si te ofendí.
—Si es así, entonces te perdono.
—Gracias —dijo Wonhee—. ¿Cómo debo llamarte?
—No tengo nombre, así que puedes darme uno. Para que lo sepas, no soy un monstruo. Solo soy el Administrador del Sistema a cargo de ti, Señorita Chu.
—¿Entonces puedo llamarte... Hada Mandarina?
