Mallory se mantuvo firme, con la incredulidad escrita en su rostro. —Debes estar bromeando.
La expresión de Hadeon permaneció seria mientras negaba con la cabeza. —Me temo que no. El tiempo es esencial si vamos a atrapar a esa criatura inútil en el bosque. Iba a pedir ayuda a los aldeanos, pero te ofreciste generosamente.
—¿Cuándo acepté eso? —Las cejas de Mallory se fruncieron, cuestionando la realidad de Hadeon.
Hadeon le mostró una amplia sonrisa. —Oh, cuando proclamaste que el problema temería al solo verme —respondió, su tono lleno de diversión.
—¡Ibas a chuparles toda la sangre! —Mallory lo dijo en tono bajo.
—Sabes que tengo que beber de algún lugar, y no es como si el mono se ofreciera para la tarea. Y no necesito realmente chuparles toda la sangre. ¿Quieres verme muerto?! —Hadeon jadeó, colocando su mano en su pecho—. ¿Por qué querrías eso, mono? ¿Por qué?
—Maestro Hades, ¿puedo volver al carruaje? —Mallory le preguntó educadamente con una sonrisa.
