Mallory agarró con fuerza el cuello de Hadeon, su corazón latiendo aceleradamente mientras ascendían a gran altura en el cielo a una velocidad mucho mayor que la de cualquier carruaje. El viento pasaba rápidamente a su lado, mientras él navegaba el aire sin esfuerzo, llevándola con facilidad.
—¿Piensas alcanzar el norte en una hora? —gritó Mallory con los ojos cerrados, la cabeza agachada y presionada contra el hombro de Hadeon.
Una risa se escapó de los labios de Hadeon y respondió —nos tomará más horas de esas para llegar. Pero nos conviene cubrir la mayor distancia posible antes de que aumente mi sed.
A pesar de su fuerza y resistencia, Mallory se dio cuenta de que incluso Hadeon tenía sus limitaciones. Como vampiro de sangre pura, necesitaba reponer su energía al beber sangre. Sin nada alrededor para satisfacer su hambre, ella sabía que había solo una opción si quería mantenerlo a plena fuerza—ofreciéndose ella misma como una comida completa.