—Lo siento —Anya de repente se disculpó con remordimiento, volviéndose hacia Kayla—. Esto no tenía nada que ver con tu hermana, así que por favor no te desquites con ella. —Esas palabras estaban dirigidas a Isaac.
Kayla resopló, lanzando a Anya una mirada sucia. Luego soltó sus brazos cruzados y tomó la mano de Calan, llevándole al asiento junto al suyo y haciéndole sentar aunque el Fae estaba bastante aprensivo con el gesto ya que aún no se había presentado a la familia. Para ser precisos, a Isaac. En ese momento estaban ocupados con las teatralidades de Anya.