—Buenos días mi señora, espero que haya tenido una noche agradable —Rosalind hizo una reverencia.
Mierda.
¿Cómo dices que estás condenada sin decir realmente que estás condenada? Así es como Islinda podría describir la situación en la que se encontraba actualmente.
El sueño desapareció de sus ojos en el instante en que su vista nublada se centró en la Fae que estaba ante ella con una expresión impasible. Islinda estaba con los ojos muy abiertos y su boca se abría y cerraba sin emitir una palabra; estaba sin habla.