—¿Cinco millones?!
Esas tres palabras sacudieron la compostura del Dr. Zhao.
Sin duda era una enorme tentación.
Incluso si alguien quisiera someterse a una cirugía para parecerse a una celebridad internacional, el costo sería solo un poco más de un millón.
—Esta persona ofrecía cinco millones por adelantado, cinco veces el precio, ¿cómo no iba a dejarse persuadir? La gente muere por riqueza, como los pájaros perecen por comida.
—¿Quién podría resistirse al atractivo del dinero?
No era un santo, y además, era su deber aliviar las preocupaciones de los pacientes.
El Dr. Zhao levantó la cabeza, revelando una sonrisa halagadora:
—Claro, por supuesto, me encargaré personalmente de este asunto. Lo organizaré todo. Puede ser admitida en el hospital hoy mismo.
La mujer asintió satisfecha:
—Bien, entonces dejaré todo en manos del Dr. Zhao.
El Dr. Zhao ajustó sus anteojos, como si acabara de pensar en algo, y miró a la mujer: