Zhao Hai tenía muy claro el temperamento de su nieta.
—¿Cómo podría haber preparado un regalo para él? Ya estaba aliviado de que no hubiera causado ningún problema.
Esta niña había tenido una vida dura: su padre falleció temprano, su madre estaba en estado vegetativo, y él conocía demasiado bien el carácter de su propio hijo. De otro modo, ¿cómo podría haber criado a una chica tan inteligente y astuta en lo que era ahora?
Zhao Hai suspiró, mirando a Chu Jin con gran afecto y dijo —Jin, el simple hecho de tenerte aquí hace que Abuelo sea muy feliz. Los regalos son solo posesiones materiales.
Al escuchar esto, Qian Jiayi miró a Chu Jin con resentimiento. No importaba cuándo, su abuelo siempre estaba del lado de esta tonta. Incluso si ella lo hacía bien, él nunca se daba cuenta. ¡Ambas eran sus nietas, pero el favoritismo de su abuelo era demasiado extremo!
