—Hazel, ¿qué pasa? —dijo Tristan—. ¡Habla! La voz de Tristan se escuchaba desde el otro extremo de la línea.
—Hazel reflexionó por unos segundos y dijo:
—Um, ya he preguntado a Aiden y a Arthur sobre la grabación del anuncio.
—Aiden no está dispuesto a ir, pero Arthur sí.
—¡Oh, eso es genial! —dijo Tristan.
—Hazel aún preguntó preocupada:
—Quiero preguntar de nuevo. La grabación del anuncio no tomará mucho tiempo, ¿verdad? No dejes que interfiera con sus estudios.
—No lo hará —dijo Tristan—. ¡Un día es suficiente!
—Hazel entonces respondió:
—¡Está bien entonces!
—¿Cuándo se grabará el anuncio?
—El próximo domingo —dijo Tristan.
—¡Está bien! —dijo Hazel.
—Tristan sonrió y dijo:
—Entonces conduciré para recogerlo el próximo domingo.
—Hazel dijo:
—Vale.
—Si no hay nada más, colgaré primero.
—Vale —dijo Tristan. Luego colocó casualmente el teléfono sobre la mesa.
No importa qué, él siempre esperaba a que Hazel colgara el teléfono primero. Nunca colgaba antes que ella.