Tras hablar, Nova le dirigió a Hazel una mirada que transmitía un mensaje sutil.
Hazel entendió el mensaje de Nova sin necesidad de decir nada.
Las dos llevaban mucho tiempo trabajando juntas, así que a veces podían entender las intenciones de la otra solo con mirarse. Además, Tristan acababa de llamar varias veces a Hazel, así que ella sabía enseguida que había llegado.
—Bien, entendido —dijo Hazel—. Puedes ir a recibir al cliente primero. Estaré allí en un momento.
—Bien, Srta. Haynes —replicó Nova y se fue respetuosamente.
Los párpados de Chase se cerraron pesadamente. —¿Quién está aquí? —preguntó.
Hazel no se atrevió a ignorarlo, así que respondió —Un cliente. Voy a salir a reunirme con el cliente.
Chase se quedó sin palabras. Rodó los ojos y bajó la cabeza para volver a leer el periódico.
Hazel se levantó y salió de la oficina.
En la sala de recepción. Hazel empujó la puerta de la sala de recepción. Efectivamente, Tristan había llegado.