—En el momento que Hazel Haynes escuchó eso, su ira llegó al límite —dijo ella.
—Chase Black, ¿cuál es tu problema?
—Je, tú eres la que llamó para invitarme a salir, ¡no al contrario!
—¡Con esta actitud, no creo que haya ni siquiera necesidad de que nos encontremos! —Con eso, Chase colgó a Hazel.
Estaba seguro.
Estaba muy seguro de que Hazel le volvería a llamar.
—¿Hola, hola...? —Hazel dijo varias veces exasperada. Sin embargo, todo lo que pudo escuchar fue un pitido señalando que la línea estaba ocupada.
—Pitido, pitido, pitido —El teléfono de Chase volvió a vibrar.
Después de que Chase colgó, Hazel estaba tan enojada que su cara se puso morada. Inmediatamente marcó su número de nuevo.
Viendo que Hazel le había vuelto a llamar, Chase frunció los labios y sonrió.
Sabía que ella volvería a llamar.
—Pitido, pitido, pitido —Su teléfono seguía vibrando pero él a propósito no contestó su llamada.
Quería mantenerla en suspenso.
Poco después...