Ian todavía no podía creerlo… ¿Kevin realmente había descubierto de dónde provenía su problema y finalmente iba a poder usar sus elementos normalmente?
Sus manos se habían vuelto sudorosas, estaba ansioso por tener las respuestas a sus preguntas, pero tampoco quería molestar a Kevin así que se quedó en silencio para permitirle concentrarse en su tarea.
Kevin, que estaba absolutamente seguro de lo que acababa de descubrir, comenzó a tocar la columna vertebral de Ian donde había una buena posibilidad de que hubiera una aguja incrustada… Pero pronto se sintió desconcertado cuando no encontró nada.
También buscó en sus cervicales pero nuevamente no encontró nada, Alan al verlo fruncir el ceño con una mirada pensativa le preguntó:
—¿Qué pasa?
Kevin sacudió la cabeza con impotencia y —dijo mostrándole dónde deberían haber estado las agujas: