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No había antorchas ni ninguna otra fuente de luz, así que Alan creó unas pequeñas Bolas de Fuego y las colocó alrededor de ellos para iluminar el camino.
Tan pronto como Kevin empezó a bajar las escaleras, sintió la presencia de un ser maligno muy poderoso, solo podía describirlo de esa manera porque esa aura que sintió hizo que cada pelo de su cuerpo se erizara, y era como si todos sus sentidos se hubieran puesto en alerta roja.
Pero todavía tenía que estar lejos, porque de lo contrario, el Sistema probablemente ya le habría enviado una notificación de advertencia, bueno, eso era lo que él pensaba.
Miró a Axel, quien también parecía tenso por esta presencia y cuando captó su mirada, Axel le dijo adivinando sus pensamientos:
—Todavía está lejos cariño, no tengas miedo, y él no vendrá a defender a sus Vampiros, para él solo son sirvientes y le basta con mantener algunas hembras con él para reconstituir su nido.
