—Kevin estaba muy emocionado, mientras hacía su hora de estiramientos y ejercicio, observaría a Erik y luego le daría algunos consejos a Axel, para que Erik pudiera progresar más rápido.
—Kevin prefería mantenerse discreto y cuando se acercó al gimnasio, se puso la capucha sobre la cabeza y con la ayuda de los luchadores que eran todos un poco más altos y robustos que él, entró sin que nadie lo notara, bueno… Casi nadie.
—Tan pronto como entró al gimnasio, Axel inmediatamente olfateó su aroma y lo buscó como de costumbre, y como la mayoría de las veces tuvo que esperar hasta que Kevin eligiera ser visto para encontrarlo.
—Lo vio aparecer de la nada, no había nadie aquí antes pero al segundo siguiente apareció, definitivamente tenía que preguntarle cómo hacía eso, y también lo vio quitarse la capucha y caminar hacia él con una sonrisa encantadora en el rostro.