Axel escondió su cabeza en el cuello de Kevin para ocultar sus emociones y le dijo:
—Cariño, eres todo menos débil, créeme, y acabas de invertir nuestros roles.
Lo dijo mientras levantaba la cabeza y acariciaba su rostro:
—Soy yo quien tiene que hacerse más fuerte para protegerte de todos los peligros, esa marca en tu pecho, tarde o temprano, tú, siendo miembro de la familia real nos meterá en problemas.
Aunque te niegues a convertirte en heredero del trono seguirás siendo una amenaza para aquellos que lo codician.
Kevin había olvidado completamente este hecho, lo pensó y luego le dijo a Axel:
—Desde mañana siempre pondré un vendaje alrededor de mi pecho para ocultar esta marca, no quiero que sea descubierta.
En mi mundo no había realeza, pero todos los hombres que codician el poder son iguales, son peligrosos, tienes razón.
Axel no quería que Kevin pensara demasiado en eso, así que le dijo que despejara su mente: