Kevin sonrió y se liberó de su abrazo para subirse a su espalda.
—Entonces apresuremos, prefiero pasar mi tiempo a solas contigo —dijo.
Axel realmente se emocionó al escuchar eso y mientras corría hacia la Secta del Sol, Kevin se llenaba de emociones.
Por un lado, estaba ansioso por aprender alquimia y cómo crear un hechizo, y por otro lado, quería poder estar siempre con Axel.
Él, que siempre se había sentido solo toda su vida incluso cuando había tenido gente a su alrededor, de repente esa sensación de ser solo una cáscara vacía había desaparecido.
Y todo esto gracias a Axel, quien le hizo descubrir una avalancha de sentimientos y emociones completamente desconocidos para él.
Axel lo escuchó suspirar y le preguntó qué ocurría, pero Kevin no le respondió, y simplemente lo abrazó un poco más fuerte.
Axel encontró su comportamiento extraño pero no insistió, a Kevin se le permitía guardar cosas para sí mismo siempre y cuando no lo alejara.