```
Axel lo miró con una sonrisa radiante en su rostro, puso su mano en sus abdominales que empezaban a ser visibles y lo acarició de manera tierna.
Después de admirar su cuerpo lleno de sus chupetones, dijo:
—No te preocupes, cuidaré bien de ti, cariño.
Axel luego agregó para prepararlo y para tranquilizarlo:
—Las próximas veces serán menos dolorosas para ti, cariño, tu cuerpo se acostumbrará.
Luego, Axel se enderezó y lo cargó como de costumbre, y Kevin se acomodó en sus poderosos brazos apoyando su cabeza en el hueco de su cuello.
Estaba tan muerto de cansancio, y cada parte de su cuerpo le dolía, pero, afortunadamente para él, Axel era un novio atento.
Axel fue directo al baño y después de ayudar a Kevin a lavarse, le dijo que esperara un poco y regresó a su habitación para buscar la bolsa de hierbas mágicas que Alan le había dado.