Bajó en el ascensor hasta la planta baja, en la mesa del comedor pudo ver a Huo Qi, Cheng Yi, Ya Ya, Huo Zheng y Li Ruo, quienes se habían unido a los niños en la mesa y estaban desayunando, no parecían agotados por sus caras.
—¡Buenos días damas y caballeros! ¿Cómo estuvieron sus misiones anoche? ¿Se divirtieron? —Se sentó al lado de Ya Ya, mirándola de la cabeza a la cintura y examinando su uniforme de guardia de carga, parecía estar mucho mejor y su piel lucía radiante, viéndose bien y sin rastro de agotamiento en sus ojos, se veía fresca y serena.
—¡Estuvo bien! Sin quejas —Cheng Yi y Huo Qi respondieron al unísono. Si se atrevían a quejarse, serían excluidos de las siguientes misiones, las cuales no deseaban perderse, ¡las experiencias que vivieron anoche valían la pena!