—Mnnnh... —murmuró él suavemente en silencio, esperando poder llegar a tiempo.
Se quedaron en silencio y caminaron de regreso acompañándose uno al otro, no necesitaban decir mucho entre ellos. Incluso el silencio era suficiente expresión para ambos.
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—Aquí estamos, hemos disfrutado de un recorrido por lugares hermosos, esperamos que cuando volvamos a visitar, podamos ver más... Gracias, Huo Dong, Maestro Huo... Cuídense... —se abrazaron en el aeropuerto habiendo sorteado todo para poder registrarse y tomar su jet privado de regreso a su Reino, todos los helicópteros y jets privados que habían venido al país para la asistencia al banquete de compromiso, habían sido estacionados en el aeropuerto por seguridad y fácil acceso.
El aeropuerto era propiedad del gobierno, así que nadie iba a preguntar mientras se tuviera permiso.