—Vamos, te compraré algunos vestidos... —Él tomó su mano y la arrastró hacia el otro lado del Mercado Negro donde tenían un puesto de ropa ubicado en un callejón.
—Pero ya tengo tanto en mi armario y no me los he puesto, ¿tengo que comprar más? ¿Cuándo los usaría? —Ella tenía un armario lleno de todo tipo de cosas de marca, incluso los bolsos en ese armario eran tantos y no le gustaba llevarlos. ¿No era esto un desperdicio de dinero?
—Solo ropa de casa, esas son las que no tienes... —Él no se detuvo y no se detendría aunque ella protestara, así que, ella obedientemente lo siguió.
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—Deberías haber conseguido la cantidad de dinero mencionada por nuestro Maestro, deberías celebrar que acabas de ganar cien millones sin hacer nada... —Huo Qi transfirió la cantidad a sus cuentas.
—¡Tú! —Pan Dong se sintió humillado por sus acciones, ¡imagínate ser el tema de ganar dinero sin hacer nada! Y no había pensado que Huo Shen llegaría a ese extremo por ese hombre afeminado.