—Mnnh... —Ye Xin Zhi también quería llamar a su hermana. No lograron conversar anoche ya que se avergonzaron a sí mismos y por la manera en que su esposa y los dos niños se fueron anoche, estaba más que seguro de que esos niños no eran suyos. Todavía no podía creer que aquella mujer pudiera hacerle eso.
Y luego está Su Wei Wei. Esta chica no parecía darles la bienvenida, mantenía su distancia y lo único que podría acercarlos era el negocio.
—¿Qué tal si le hago algunas peticiones a Huo Shen para que permita que Su Wei Wei maneje este proyecto e incluso sea ella la que supervise los viñedos? ¿Lo permitiría? ¿Crees que podría dejarla hacerlo? —Si Huo Shen aceptaba su petición, entonces Su Wei Wei podría visitar su país. ¿No le permitiría eso cultivar sentimientos hacia ella? Solo necesitaba una única oportunidad.