—Qing Qing, ¿puedo preguntarte algo? —Tang Fei había estado pensando cómo manejar esta situación, quería saber qué había pasado y qué había llevado a Huo Shen a someterla a tanta crueldad.
—¿Qué sucede, madre? —murmuró roncamente mientras fingía una sonrisa en su rostro sonriendo ligeramente.
—¿Por qué te lastimaron de esta manera? ¿Qué delito cometiste? —No podía enfrentarse a nadie sin saber la historia completa de todo el escenario.
Su Qing observó a su madre por un minuto antes de idear una mejor excusa, no dejaría que supieran que Huo Shen estaba buscando a Su Wei Wei, la chica que más odiaba, y que podría ser la prometida de Huo Shen.
—Es solo que me sospechan por el secuestro de su prometida ya que estábamos en los mismos baños al mismo tiempo, pero madre, tú sabes lo malvado que es Huo Shen, no nos enredemos con esa familia... —murmuró roncamente frunciendo los labios y Tang Fei sonrió cálidamente a su hija bondadosa y escuchó su consejo.