Su parte aquí había terminado.
Había devuelto el favor—salvado su vida, tal como él había salvado la suya.
Pero no tenía tiempo para demorarse.
Todavía había alguien más con quien tenía que lidiar—la tercera persona que había visto antes, la que sospechaba que tenía más poder. El general.
Mientras Su Jiyai se dirigía hacia la salida, sintió la presencia de Jake detrás de ella. No esperaba que la siguiera, pero ahí estaba, siguiéndola.
—¿Vas... tras el general? —preguntó Jake, su voz cautelosa como si ya supiera la respuesta.
Sus palabras hicieron que Su Jiyai se detuviera. Se giró para mirarlo, sus ojos entrecerrándose ligeramente.
¿Cómo sabía él su plan? ¿Podía leer sus pensamientos o era simplemente tan intuitivo?
Su Jiyai asintió, confirmando su sospecha.
El general era el último cabo suelto. Si podía encargarse de él, podría asegurarse de que su base no sería atacada, al menos por el momento.
La expresión de Jake se oscureció.