—Hemos intentado múltiples variaciones, General —respondió Liu Feng, con un tono cuidadoso—. La calidad del suelo se ha deteriorado rápidamente, y las semillas híbridas que salvamos se vieron comprometidas durante el almacenamiento. Hemos agotado casi todos los métodos que conocemos.
El general cerró sus ojos por un momento, respirando pesadamente.
Las semillas híbridas debían ser su última esperanza, una oportunidad para cultivar cosechas que pudieran sobrevivir a las duras condiciones del apocalipsis.
Pero ahora, parecía que esa esperanza se estaba esfumando.
—¿Qué hay de las semillas de reserva del banco agrícola? —preguntó Wang Qingshan aunque ya conocía la respuesta.
—Están casi agotadas, señor —dijo Liu Feng—. Hemos usado la mayoría de ellas en intentos anteriores. Podríamos tener suficientes para un último ensayo, pero las probabilidades no están a nuestro favor.
Wang Qingshan maldijo por lo bajo.