—¡F*ckkk! ¡H-Henryy! ¡Ahhh! —Amy sollozó, la presión dentro de ella que estaba acumulándose está en un nivel diferente, en una dimensión distinta si eso tiene sentido.
—Podía sentir que clímaxaría solo con su lengua. Él la estaba lamiendo tan bien que sentía como si su alma fuera a dejarla y volar muy alto.
—F-F*ck me ahora, Henry, estoy– ¡Ah! —gritó cuando Henry deslizó sus dedos en su interior y dobló un poco sus dedos mientras la penetraba con los dedos.
—Su mente se volvió balística, y ya no podía mantener los ojos abiertos, justo como Henry le había mandado hacer.
—Mi esposa es tan impaciente, como siempre... —dijo él con una sonrisa cuando se puso de pie para verla ahogarse en placer.