—Me gustaría hacer los números doce y catorce al mismo tiempo, ya que estoy sentada en tu regazo también debería darte un masaje con final feliz ahora mismo. ¿Qué te parece? —preguntó Amy mientras pasaba su dedo desde el cuello de Henry bajando hasta su pecho.
Henry se estremeció con la sensación y sintió los pelos de su nuca y espalda erizarse. —Sí, sí, amor, por favor hazlo —estaba tan jodidamente excitado en este momento y Amy le hacía esperar.
Cuando él la escuchó decir 'masaje con final feliz' su miembro se contrajo y se volvió más duro y grande. Solo hay un final feliz en el que su mente sucia puede pensar... Y eso es él dentro de ella.
A este ritmo, quería tumbar a Amy en el sofá y follarla ya. Ella lo estaba llevando tan despacio que él empezó a jadear fuerte mientras su corazón latía con emoción.