—¡Tú! —exclamó Amy.
Pero Henry rápidamente se dirigió hacia la puerta y presionó un botón en el panel de control del elevador, haciendo que se detuviera. Luego sostuvo ambos lados de sus mejillas y la besó profundamente después de aprisionarla contra la pared. Henry se movió tan rápido que Amy no tuvo tiempo de reaccionar.
—¿Por qué llevas un vestido tan sexy al trabajo? —preguntó cuando finalmente soltó sus labios.
Amy frunció el ceño porque no creía que lo que llevaba puesto fuese sexy, para ella era simplemente un atuendo normal de oficina de todos los días. —¿Estás loco? ¿De qué estás hablando? No lo hagas de nuevo. La gente podría habernos visto.
Henry se burló y señaló con su dedo índice la parte superior de su camisa que estaba desabotonada, —Puedo ver tus t*stas desde aquí. Traté de no mirar porque era una distracción y me excitaba, pero la gente seguía mirando tus t*tas y tu cu*o antes. Y no puedo soportarlo. Quiero sacarles los ojos y hacerlos ciegos.
