—Señora, despiértese, señora —Demi toca el hombro de Amy mientras la despierta después de haber bajado todo el equipaje de Amy y Henry.
—Mmm... —Amy no parece querer salir del país de los sueños, ya que solo gimió y no atendió la llamada de Demi.
—Señora, son las cinco de la tarde y necesita ir al aeropuerto —Demi la sacudió una vez más.
Amy se sentó soñolienta esta vez sin abrir los ojos, estiró los brazos y bostezó fuerte, haciendo reír a Demi. —Levántate, aún tienes que cambiarte y vamos a cubrir esas manchas en tu cuello.
Amy abrió los ojos de golpe al escuchar a Demi —¿Qué manchas? —preguntó mientras fruncía el ceño.
Demi entonces le dio un espejo de mano y su rostro se puso pálido antes de que apareciera un pliegue en su frente. Demi, por otro lado, estaba tratando de esconder su sonrisa y se reía para sí misma.
—¡Esto es una locura! —Amy estalló mientras tocaba y contaba los chupetones que Henry le había hecho en la piel.