El corazón de Amy latía con fuerza; no sabía por qué Henry de repente se detuvo cuando dijo que lo quería. Estaba nerviosa de que a Henry no le gustara lo que ella había dicho.
Su beso continuó por unos momentos más hasta que finalmente, ella escuchó hablar a Henry.
—Amy... me estás tentando, amor —Henry dejó de besarla y plantó besos suaves en la piel detrás de su oreja.
Ella podía oírlo inhalar y exhalar fuerte, él respiraba pesadamente contra su oreja. —Henry, yo...
—Shh... —Henry colocó su dedo índice en sus labios impidiéndole hablar—. Yo también te quiero, no tienes idea de cuánto. ¿Sabes siquiera lo que estás pidiendo? —agregó mientras seguía depositando besos en su cuello.
Amy se armó de valor —Sí, lo sé —dijo. Lentamente movió su mano izquierda desde su espalda hasta su costado, bajando hasta su cintura.