—Lo estás tocando, H-Henry... ahh... —dijo ella.
—¿Tocando qué, amor, dime? —le preguntó él.
—E-Ese punto.
—Dilo. Estoy tocando tu punto G.
—¡Sí! ¡Estás tocando mi punto G! —gritó Amy al sentir algo dentro de ella queriendo explotar.
—¿Este? —Henry mueve sus caderas antes de continuar bombeando dentro y fuera de ella.
—¡P*ta sí! No pares... voy a... P*TA! —Sus piernas convulsionaron mientras sus dedos se hundían más en su brazo y hombro.
Su orgasmo fue fuerte y sintió el pulso de sus músculos más tiempo. Henry dejó de moverse después de empujar profundamente, saboreando su orgasmo. Y mientras siente cada latido, él también explotó dentro de ella. Cumpliendo la promesa de llenarla hasta el borde.
—P*ta, amor. M-Muy fuerte... Ahh, —Henry estaba en el Cielo. También sintió el pico de placer que Amy siente mientras ella ascendía completamente al éxtasis que le robó la racionalidad.