—No puedo creer que te vayas de viaje sin planear nada cuando tus suegros están aquí. ¿Cómo se supone que les enfrentemos? —Mamá Chi había estado murmurando toda la mañana sobre la falta de seriedad de su hija.
—¿Qué vas a hacer en esa ciudad tú sola? Tienes guardaespaldas pero no quieres que vaya contigo. ¿Con quién te vas a encontrar? —Mamá Chi ignoró la queja sobre la parte de los suegros.
—Es por negocios madre, volveré tan pronto como sea posible y por última vez en nombre de Buda, por favor deja de llamar a la familia de Jun Muyang nuestros suegros —Chi Lian resistió las ganas de rodar los ojos por quinta vez mientras su madre la ayudaba a empacar.
—Dijiste que podrías tardar hasta dos semanas si es posible. ¿Necesito contarte dos semanas en días? Eso es una eternidad a los ojos de un niño. ¿Qué pasa con Mei-Mei? —Chi Lian quería arrancarse el cabello y salir del dormitorio lo antes posible. La incesante riña de su madre era dulce pero algo molesta.