—Necesitamos regresar —dijo Aiden en cuanto Serena entró por la puerta, los brazos llenos de bolsas del mercado.
Serena se detuvo en seco, la confusión invadiendo su rostro. —¿Qué? ¿Por qué? Todavía no estoy lista para irme. Todavía necesito averiguar más sobre mi pasado. No lo creerás, pero conocí a alguien en el
—Serena —la interrumpió Aiden, su voz más firme, casi urgente. Dio un paso hacia ella, y ella pudo ver la tensión en su postura—. Tenemos que volver. La abuela está enferma.
El entusiasmo que Serena sentía desapareció en un instante, reemplazado por una sensación fría y hundida. —¿Qué? ¿Es grave?
—Está en la UCI —dijo Aiden, su expresión sombría.
Serena se sintió dividida. Por un lado, estaba Owen, quien le había prometido llevarla a todos los lugares que había visitado antes, esperando que le ayudara a recuperar su memoria. Por el otro lado, estaba la abuela, quien le había mostrado tanto amor y cuidado.